Un verdadero dédalo: tal es el aspecto de las madrigueras habitadas desde hace mucho tiempo por el tejón. En otoño, el animal recoge hojas, musgo y hierbas secas para tapizar la cámara en la cual permanece con más frecuencia. Con ello hace un pequeño montón, lo toma entre sus patas anteriores y su hocico y se arrastra sobre los codos para penetrar en la galería. En agosto y septiembre pasa mucho tiempo excavando. en medio de su cráneo se alza una cresta densa y muy alta. El lomo parece gris pero, en realidad, los pelos son claros en ambas extremidades y oscuros en el centro. Debajo de la cola tiene una glándula y su huella se asemeja a la de un oso. Las garras le sirven para cavar. Además de oír muy bien, el tejón posee un olfato muy fino que le informa de todo lo que sucede a su alrededor. Delante de la entrada de su madriguera se observa generalmente un reguero que prolonga la galería. los pequeños tejones nacen entre febrero y mayo, al cabo de una gestación muy larga: seis a siete meses y más transcurren entre la cópula y su venida al mundo, lo que se debe a que el crecimiento de los embriones no es contínuo, como en la marta. Longitud: 80 cm (+ cola de 10 cm.). peso: 12 a 20 kilos. Longevidad: superior a 12 años.
Fuente y derechos: José Gómez Muñoz "El último Edén"
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