sábado, 25 de julio de 2015

GATO MONTES


El gato montés se asemeja mucho a un gato doméstico, aunque su aspecto es más corpulento y presenta un tamaño mayor, con la cabeza ancha y el hocico corto.
Las orejas son pequeñas y los ojos de color ambarino o verdoso, de pupila vertical.
El pelaje grisáceo es algo pardo, con rayas oscuras por todo el cuerpo menos en el vientre, que es de color blanco pardusco, a veces con manchas negras. Puede presentar dos manchas blancas en la garganta y en la región inguinal. Sobre la cabeza tiene cuatro bandas negras que convergen en una línea longitudinal del mismo color sobre el lomo.
Su cola, corta, ancha y anillada, es muy poblada y tiene un extremo romo de color negro.


Mide unos 90 cm de largo y 38 hasta la cruz, y pesa unos 5 kg. Existe dimorfismo sexual en el tamaño corporal y craneal, además de los órganos genitales. También la cresta sagital es mayor en machos que en hembras.


El hábitat principal del gato montés lo constituyen las áreas de bosque relativamente bien conservadas, aisladas de la actividad humana. Es un animal típico del bosque mediterráneo. Los ecosistemas más adecuados para la especie lo constituyen el matorral mediterráneo bien conservado del sur y del centro de la Península, junto con estepas, bosques caducifolios y zonas húmedas del norte.




El gato montés es un gran cazador de roedores, pequeñas aves y sobre todo conejos, que constituyen la base de su alimentación.
Suele cazar al acecho, esperando a que la presa se ponga a su alcance, para después con un fuerte salto capturarla con las garras y un mordisco en la nuca si son presas pequeñas o asfixiando a las más grandes. En muchos casos también se arrastra a ras de suelo y mediante sigilosas aproximaciones consigue capturar a sus presas. Suele ascender a los árboles para expoliar nidos alimentándose tanto de pollos como de huevos. Además de buen trepador es un buen nadador.
 






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