viernes, 7 de agosto de 2015

LAVANDERA BLANCA



 
 
 
Inconfundible avecilla de líneas elegantes, muy estilizadas, que alcanza una longitud de 18 cm. La cabeza, suavemente redondeada, tiene pico muy fino, frágil y moderadamente corto. Los ojos, circulares, brillantes, muy oscuros, destacan netamente de la máscara blanca que cubre la trente y mejillas. La parte superior de la cabeza, el cogote y la garganta, hasta el pecho, son de un color negro azabache en los machos, que se torna gris oscuro menos nítido en sus compañeras. El dorso, alas y la larga, pero estrecha cola, tienen una tonalidad gris acero, excepto las blanquísimas rectrices externas, mientras el vientre y flancos son de color también blanco. Las patas, delgadas, son de color gris negruzco.
 

 
 
 
 
 
En cautividad difícilmente sobrepasan los seis o siete años.
 
 
 
 
En libertad, las lavanderas se nutren fundamentalmente de insectos, lombrices, caracolillos y algunas semillas esporádicas, por lo cual ha de prepararse una buena pasta para insectívoros enriquecida con larvas de mosca de la fruta, del vinagre, así como de los coleópteros conocidos como 'gusanos de la harina'.
 
 
Alegres, curiosas y adaptables, sus movimientos sobre el césped, asi como el incesante 'sube y baja' de la larga cola, cautivan a los aficionados
Durante el periodo de cría ocupa diferentes tipos de ambientes, pero ligados al hombre y cercanos al agua, como ríos, arroyos, charcas, huertos, pastizales y parques. En invierno también se instala en ambientes parecidos, aunque prefiere los cultivos y pastizales. Suele criar entre el nivel del mar y los 1.600 metros de altitud de Gredos, aunque resulta más escasa por encima de los 1.000 metros.


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