La víbora hocicuda (Vipera latastei) se distribuye por la Península Ibérica y norte de Africa. Está presente en toda la Península Ibérica exceptuando una estrecha franja que recorre todo el norte peninsular desde el extremo oeste de Galicia hasta el extremo este de Cataluña. En el continente africano se encuentra en Marruecos, Argelia y Túnez.
Es una serpiente pequeña, con una longitud media de entre 50 y 60 cm, aunque algunos ejemplares pueden llegar a medir hasta 75 cm. La cabeza tiene forma triangular y está claramente diferenciada del resto del cuerpo. Su rasgo más distintivo y por el que recibe su nombre común es un pequeño apéndice o cuernecillo que presenta en la punta del hocico.
La toxicidad de su veneno es la menor de las especies ibéricas
Al igual que el resto de reptiles que habitan regiones de clima templado la víbora hocicuda desarrolla a lo largo del año un periodo prolongado de actividad y otro periodo de hibernación. El periodo de actividad comienza a mediados o finales de marzo, cuando las temperaturas comienzan a suavizarse, y se prolonga hasta finales de octubre cuando el descenso de las temperaturas anuncia la llegada del invierno.
La víbora hocicuda es un predador diurno que caza al acecho y abate a sus presas mediante su mordedura venenosa.
Los ejemplares adultos se alimentan principalmente de pequeños roedores y en menor medida de saurios, pequeñas aves y artrópodos (escolopendras, alacranes, etc).
Por otra parte, la dieta de los ejemplares juveniles se compone mayoritariamente de saurios y de algún artrópodo.
Los ejemplares adultos se alimentan principalmente de pequeños roedores y en menor medida de saurios, pequeñas aves y artrópodos (escolopendras, alacranes, etc).
Por otra parte, la dieta de los ejemplares juveniles se compone mayoritariamente de saurios y de algún artrópodo.
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